En el artículo sobre los principales bioindicadores de la calidad ambiental te he explicado la importancia de las plantas para la identificación de áreas contaminadas. Los líquenes son de los indicadores de calidad ambiental más utilizados, pero también hay otras especies que ayudan a determinar la seguridad de una determinada zona. Puede ser muy útil saber cuáles son para una cosecha de plantas silvestres más segura y consciente.
A continuación te traigo más ejemplos de bioindicadores ambientales.
Plantas que revelan los niveles de contaminación ambiental
Muchas plantas, acumulando contaminantes, funcionan como bioacumuladores. Por eso son recogidas y utilizadas para cuantificar los niveles de contaminantes.
Este tipo de plantas puede vivir y crecer incluso en presencia de contaminantes, mientras otras plantas más sensibles son probablemente ausentes en un lugar contaminado.
Los musgos son más resistentes a la contaminación, y tienen buenas propiedades de absorción. Se utilizan con éxito en los entornos urbanos para la cuantificación de los niveles de contaminación, en forma de muss-bag. Unas redes de nylon que contienen musgo que se colocan en diversas áreas de las ciudades para medir los niveles de contaminantes.
También podemos evaluar los efectos visibles de los contaminantes:
En las hojas. Cambios en el desarrollo, la clorosis, la pigmentación, necrosis, bronceado.
En la floración. Básicamente afectada por la luz, la temperatura, y el informe de día/noche. En situaciones de estrés pueden producir floraciones tempranas y abundantes. Tales como la encina (Quercus ilex) puede manifestarse un exceso de producción de flores masculinas en primavera, y después de una renovación total de las hojas. En el carpe es posible que observe un exceso de frutas y fuerte defoliación. En los pinos, las flores masculinas también pueden aparecer en la parte superior de la cubierta.
“Plantas espías”, ejemplos de bioindicadores de la salud ambiental
Algunas plantas son más sensibles a la contaminación, por lo que en un lugar contaminado es más probable que no las encontremos.
Algunos ejemplos son:
- El culantrillo (Adiantum capillus-veneris L.), cuyo hábitat natural son los lugares sombreados y húmedos, prefiere los suelos calcáreos cerca de las cuevas, entre 0- 1500m.
- El berro de agua(Nasturtium officinale), muy sensible a la contaminación del agua, ahora en riesgo de desaparecer debido al aumento de la contaminación. Normalmente vive a lo largo de riachuelos semi-sumergido o en zonas pantanosas. Prefiere lugares con sombra.
- La elodea (Elodea-Potamogeton crispus), planta acuática que vive completamente sumergida en el agua.
- El musgo de agua (Fontinalis antipyretica), típico de agua fría, aunque estos dos prácticamente ausentes en aguas contaminadas.
Algunas plantas pueden resistir bien a los contaminantes, por lo que nos pueden decir que un lugar no es del todo limpio. En general se trata de “malas hierbas” debido a su resistencia, como la Euphorbia helioscopia que crece sin problemas en los lados de los campos de cultivo, en los viñedos, y es común en áreas cultivadas, especialmente a carácter nitrófilo acentuado, típico de las zonas pobladas de 0 a 1800 m.
La fallopia japonica (Reynoutria japonica), una hierba muy grande que se asienta preferentemente en los cursos de agua y se propaga rápidamente a lo largo de riachuelos. También se extiende a en los bordes de las carreteras, invadiendo los ambientes naturales y compite con la vegetación nativa con consecuente reducción de la biodiversidad local. La competitividad, también, se ve favorecida por el hecho que secreta sustancias en el suelo limitando el crecimiento de otras especies.
En corrientes de agua dulce las plantas que son resistentes a los contaminantes son:
- La milenrama de agua (Myriophyllum spicati), vive sumergida en el agua estancada.
- La espiga de agua (Pectinatum potamogeton), que vive en las corrientes lentas.
Como has podido ver, algunas plantas pueden ser de mucha ayuda a la hora de realizar una cosecha segura. Sin embargo, la naturaleza no deja de sorprendernos por su capacidad de adaptación al entorno.
Es recomendable recordar que la presencia, la ausencia, los cambios de las plantas no son un certificado de garantía para la determinación de la contaminación. Hay muchos otros factores que afectan a un ecosistema. Sin embargo, estas primeras nociones pueden ser de ayuda para acercarse a la naturaleza, entenderla y escucharla.
Espero que esta información os pueda ser útil para vuestras próximas salidas al campo y, antes de despedirme, un último consejo: cuando salimos para pasar un tiempo en contacto con la naturaleza, ya sea para pasear o para recolectar hierbas, ante todo observar. ¡Dejemos que la naturaleza nos hable primero!
los musgos o los liquenes pueden ser comestibles?
Hola Eduardo, acerca de los musgos y los líquenes no soy capaz de darte muchos detalles. Existen algunas especies comestibles que se emplean tradicionalmente en Islandia y otras regiones del Norte. He encontrado este documento (en inglés) con más información al respecto. Es de la Acta Societatis Botanicorum Poloniae. Espero te sirva. ¡Un saludo!